Las Zonas de Bajas Emisiones que vemos en cada vez más ciudades van a seguir creciendo, no solo en número, sino también en la dureza de sus restricciones. De hecho, a finales de este año 2024, los municipios de más de 50.000 habitantes que todavía no hayan implantado su ZBE deberán hacerlo para no perder los fondos europeos destinados para ello. Y, en este panorama de transición, la popularidad de los coches con etiqueta ECO sigue aumentando entre los conductores.

Así lo avala un estudio que ha elaborado Ipsos en colaboración con Sofinco, que revela que el 73% de los conductores estarían dispuestos a cambiar su vehículo por uno híbrido o eléctrico. ¿El motivo? Conseguir la calificación ECO para circular sin restricciones por los grandes núcleos urbanos.

Este mismo estudio refleja, también, que, aunque los coches gasolina siguen siendo la opción preferida para la compra (un 29% de encuestados), casi las mismas personas, el 28%, se decanta por comprar un vehículo híbrido.

Por lo tanto, el estudio confirma que la tendencia de los coches con etiqueta ECO sigue creciendo, y la previsión es que siga con esa tónica durante los próximos años.

¿Cuáles son los principales obstáculos?

Siguiendo con las conclusiones del estudio, los compradores identifican cuáles son los principales hándicaps a la hora de comprar los vehículos más sostenibles: el elevado precio de los eléctricos y la falta de infraestructuras de recarga. Sin embargo, son dos barreras que se reducen únicamente a los coches eléctricos, no a aquellos impulsados por otras tecnologías sostenibles.

Así, más del 60% de los encuestados aluden al alto precio de los coches eléctricos como principal obstáculo para su compra. Por su parte, el 53% también indica que no hay puntos de recarga suficientes como para que se lo planteen. Y no solo eso, sino que el 44% explica que la propia incertidumbre sobre la red de puntos de carga pública es otro obstáculo importante.

¿Cómo conseguir un coche con etiqueta ECO de forma rápida, económica y segura?

En esta situación en la que cada vez son más las personas que están convencidas de apostar por la movilidad sostenible, hay varios factores a tener en cuenta. Por un lado, la movilidad sostenible engloba mucho más que los coches eléctricos. Es cierto que la electrificación es una de las ramas de este segmento más avanzadas, pero también se está promoviendo el desarrollo de proyectos de hidrógeno, así como los biocombustibles.

No obstante, hay una fórmula mediante la cual numerosos vehículos pueden conseguir la etiqueta ECO de forma inmediata: la conversión a GLP. Concretamente, todos los vehículos gasolina EURO 4 (matriculados a partir de 2006) y los diésel EURO 6 (matriculados a partir de 2016).

En estos casos, la transformación del vehículo a GLP supone pasar de la etiqueta C a la etiqueta ECO, lo que garantiza a los conductores la libre circulación sin restricciones a largo plazo por las grandes ciudades.

De hecho, la transformación a GLP es la alternativa de transición más interesante para todos aquellos conductores que buscan un coche con etiqueta ECO sin tener que comprar un coche nuevo y con el objetivo de lograr la reducción de emisiones inmediatamente. Además, el desarrollo de diversos proyectos basados en biocombustibles abre un gran camino a esta tecnología, que previsiblemente, pasará del GLP al bioGLP.

En cualquier caso, lo que queda claro es que el convencimiento sobre la importancia de conseguir coches con etiqueta ECO cala cada vez más hondo en la sociedad. Una tendencia que, lejos de remitir, se impulsará cada vez más, y ante la que debemos explorar todas las opciones disponibles.