La carrera por conseguir las fuentes de energía más limpias y accesibles sigue en auge en todo el mundo. La necesidad y el objetivo de ser más sostenible es compartido por muchos países, si bien no todos van igual de avanzados. Pese a ello, cada vez son más los proyectos que se desarrollan bajo ese prisma, y hoy nos centramos en una de las energías que, pese a que ya hoy en día consigue resultados más sostenibles, también está en proceso de avanzar. Nos referimos al gas licuado renovable.

El gas es una de las energías más utilizadas en múltiples sectores empresariales, entre los que se encuentra la movilidad. De hecho, los vehículos propulsados por GLP consiguen una gran reducción de emisiones contaminantes en comparación con los propulsados por la gasolina o el diésel. Aún así, con el foco puesto en la década de 2050 y la neutralidad climática, seguimos avanzando hacia alternativas más limpias.

El gas licuado renovable, así como el BioGLP, están en pleno desarrollo para garantizar su máxima accesibilidad y seguridad en todos sus usos. No solo en el transporte, sino también en la industria, la agricultura, etc. 

 

¿Qué es el gas licuado renovable?

El gas licuado renovable se obtiene a partir de aceites vegetales y grasas animales, una combinación de desechos, residuos y energía solar o eólica. 

La propia organización mundial del gas licuado (WLGA) asevera que esta variante tiene prácticamente las mismas propiedades que el GLP convencional, y que además se puede transportar, almacenar y utilizar con la misma infraestructura. 

La diferencia es que incluye moléculas derivadas de carbón reciclado, garantizando una circularidad y una sostenibilidad más elevadas.

 

Composición del gas licuado renovable

Si analizamos detenidamente todos los componentes del gas licuado renovable, según WLGA, son los siguientes:

  • Aceite de maíz
  • Aceite de resina
  • Aceite de colza
  • Aceite de soja
  • Aceite de jatrofa
  • Aceite de camelina
  • Aceite de palma
  • Desechos procedentes de la industria de procesamiento alimentario
  • Desechos procedentes de la industria pesquera
  • Destilado de ácidos grasos de palma y estearina.

Cabe destacar que todos los materiales que se emplean para elaborar gas licuado renovable se someten a un proceso de purificación y procesamiento previo. 

 

Ventajas del gas licuado renovable

Como puedes imaginar, la procedencia más sostenible de todos los compuestos que tiene el gas licuado renovable ya le convierte en un combustible más respetuoso con el medio ambiente. Pero, además, cuando se utiliza de forma alternativa a otras fuentes de energía, la reducción de emisiones y partículas contaminantes es clara.

Tal y como confirma la asociación mundial del gas licuado, la combustión de gas licuado renovable produce concentraciones de partículas PM entre un 90 y un 99% inferior al gasóleo de calefacción. Si se utiliza en las calderas, la reducción de las emisiones de efecto invernadero puede ser de hasta el 70-80%. 

Y, en el caso del transporte, cabe destacar que ya el GLP permite obtener ahorros de entre el 30 y 40% en combustible si lo comparamos con la gasolina o el diésel. En el momento en que el BioGLP esté más desarrollado y sea más accesible, a las ventajas de sostenibilidad y reducción de emisiones se suma el ahorro. 

Por lo tanto, la inversión en el desarrollo de proyectos orientados a avanzar en lo que respecta a energías alternativas sostenibles es más importante que nunca. De lo contrario, no alcanzaremos el objetivo de cero emisiones propuesto para 2050, y nos alejaremos de un objetivo que trasciende mucho más allá: preservar el planeta para las generaciones futuras.