La compra de un vehículo nuevo es un motivo claro de alegría, satisfacción y, en cierta medida, responsabilidad. El momento en el que pasas a ser propietario de un vehículo suele suponer, también, un cambio vital. Pero la responsabilidad que conlleva es doble: por un lado, en lo que se refiere a las normas de circulación; y por otro lado, responsabilidad económica. Y es que la propiedad de un coche lleva consigo una serie de pagos y tasas a las que debes hacer frente. Uno de ellos corresponde al impuesto de circulación. En este post te contamos en qué consiste y resolvemos las dudas más habituales al respecto.
El impuesto de circulación es una de las obligaciones más comunes y, a la vez, más confusas para muchos conductores. Especialmente en el momento actual, en el que organismos como la Dirección General de Tráfico o el propio Ministerio del Interior están anunciando nuevas normativas en esta materia.
Además, al igual que sucede con otro tipo de obligaciones fiscales, el impago de esta tasa conlleva importantes sanciones, incluso si la causa es el propio desconocimiento. Para ayudarte a resolver las dudas más frecuentes en lo que respecta a este impuesto, te explicamos a continuación todos los aspectos que debes saber sobre el mismo.
Impuesto de circulación: ¿qué es?
Una cuestión básica pero que muchos usuarios no tienen del todo clara, lo que les lleva a confundirlo con el impuesto de matriculación. Así, lo primero que debes saber es que son dos impuestos diferentes, ambos con carácter obligatorio. El impuesto de circulación es, en realidad, el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), aunque también se le conoce como sello o viñeta. Es una tasa de carácter anual, por lo que deberás efectuar un pago cada año si tienes un vehículo a motor. En cambio, el impuesto de matriculación solamente se efectúa en el momento de la compra o en caso de que pidas una matrícula nueva.
¿Qué características tiene el impuesto de circulación?
Cualquier persona que quiera transitar de forma libre por las vías de circulación públicas con un vehículo a motor estará obligada a pagar esta tasa. Sin embargo, no todos pagan lo mismo, ya que la cuantía depende de cada municipio. Por este motivo, debes asegurarte de que la dirección fiscal del vehículo coincida con el municipio o provincia donde esté empadronado el titular del coche, moto, etc. De lo contrario, podrías incurrir en un fraude que conllevaría una sanción económica.
Esto es importante, puesto que el usuario principal del coche no tiene por qué ser el titular del mismo. Por ejemplo, si regalas un coche a tu hijo, pero éste no vive en la misma ciudad que tú, el coche tendrá que estar empadronado en el lugar donde lo esté quien figure como titular, no como conductor habitual.
¿Quién debe pagar el impuesto de circulación?
El titular del vehículo será quien tendrá que abonar el impuesto. Por ello es importante comprobar que el lugar donde esté domiciliado el coche coincida con el empadronamiento del titular, sea o no el usuario habitual del mismo. Asimismo, si cambias de domicilio, debes comunicarlo expresamente a la Dirección General de Tráfico de manera presencial o telemática.
El impuesto de circulación tiene una duración anual que cubre desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre del mismo año. No obstante, cada ayuntamiento efectúa el cobro en el momento del año que considera, si bien lo más frecuente es que se haga en el último trimestre.
¿Cuánto hay que pagar?
La cuantía del impuesto de circulación no se regula a nivel estatal, sino que cada municipio establece el suyo propio. En algunos casos, incluso puede haber diferentes excepciones o exenciones en los pagos. Además, también influye el tipo de coche que tengas o el combustible que utilices. Los vehículos impulsados por GLP, por ejemplo, suelen gozar de importantes descuentos y bonificaciones en múltiples localidades, ya que cuentan con la etiqueta ECO.
El método para calcular la cuantía del impuesto se basa en la potencia fiscal del vehículo, que en cada localidad tiene un precio diferente. Este es el motivo por el que la tasa que se paga en algunas localidades es hasta un 150% más cara que en otras. La Asociación de Automovilistas Europeos ha elaborado un informe este año en el que se revela que esta diferencia de precio llega incluso hasta un 365%. Así, los municipios donde es más barato pagar el impuesto de circulación en España están en Tenerife, Melilla y Zamora. En el lado opuesto lideran el ranking San Sebastián, Vitoria y Bilbao.
Por último, este informe detalla que únicamente 3 de las 52 capitales de provincia españolas han reducido el impuesto de circulación con respecto a las cuantías del año pasado (Córdoba, Toledo y Teruel). Por lo tanto, en este sentido deberás acudir al ayuntamiento que te corresponda para comprobar cuánto debes pagar y si tienes alguna bonificación añadida.
¿Dónde se paga la tasa de circulación?
Hoy en día hay diferentes fórmulas para realizar el pago del impuesto de circulación. Así, puedes realizarlo de manera presencial en cualquier entidad financiera autorizada, por teléfono o por Internet (mediante tarjeta de crédito, banca online o certificado digital). En el caso de que realices el pago por vía telemática, podrás hacerlo siempre y cuando no sea más tarde de las 20:00 del último día especificado como periodo voluntario.
¿Qué sanciones conlleva el impago del impuesto de circulación?
Como hemos comentado anteriormente, el pago de esta tasa se efectúa de forma anual. En caso de que no se realice, el ayuntamiento enviará una notificación con recargo, que se irá engrosando cuanto más tiempo pases sin pagar (en cuyo caso se convertiría en multa de tráfico). Ten en cuenta que el impago de esta tasa se considerará una «deuda municipal». Esto significa que, si sobrepasa los 500 euros tras diversas notificaciones con recargo, el consistorio puede proceder al embargo del vehículo.
Ahora que entramos en un nuevo año, es importante que dediques un rato a comprobar que los datos correspondientes a la domiciliación de tu vehículo son correctos. En caso contrario, procura modificarlos para así realizar este trámite correctamente. También es conveniente revisar qué exenciones y bonificaciones económicas ofrece cada ayuntamiento por si puedes acogerte a alguna de ellas. Por ejemplo, si tienes un vehículo con etiqueta ECO como un coche GLP, podrás beneficiarte de reducciones de hasta el 75% en muchas localidades. En cualquier caso, recuerda que el impuesto de circulación es de carácter anual obligatorio durante toda la vida útil del vehículo.
Si mi vehículo tiene 25 años debo de notificar en el OAR que no tengo que pagar más el impuesto de rodaje o no hace falta notificarlo.