La utilización del Gas Licuado de Petróleo como combustible está en pleno auge en España, si bien en otros países del mundo está muy extendido desde hace tiempo. El poco conocimiento sobre esta forma de propulsión alternativa puede acrecentar la desconfianza por parte de los nuevos usuarios. Sin embargo, el uso de vehículos GLP es totalmente seguro, más incluso que el de los coches con combustibles tradicionales. En este artículo te contamos por qué.
Uno de los aspectos que más nos preocupan al utilizar un vehículo es la seguridad de uso que ofrece. Especialmente, en aquellos a los que no estamos tan acostumbrados, como puede ser un coche propulsado por Gas Licuado de Petróleo. El desconocimiento puede llevar a conclusiones erróneas, como pensar que los vehículos GLP son menos seguros que los de gasolina o diésel. De hecho, nada más lejos de la realidad. A continuación, te explicamos por qué este tipo de propulsión es incluso más fiable que la convencional.
Cabe destacar las reticencias iniciales que suele generar el uso del gas, no solo en el plano de la automoción, sino a todos los niveles. El poco uso que solemos hacer de esta energía se traduce en algo de desconfianza a la hora de utilizarla, pero nada más lejos de la realidad. En el caso de los vehículos, el uso del gas no solo contribuye a reducir las emisiones contaminantes, sino que además es una conducción tan segura como la de los vehículos de gasolina.
El uso de vehículos propulsados por GLP está mucho más extendido en otros países que en España. De hecho, en países como Japón, Corea del Sur y Hong Kong es habitual que muchos vehículos oficiales funcionen con un tanque monofuel de GLP. Esta consolidación exterior ha permitido vislumbrar los pros y los contras de su funcionamiento de forma clara e inequívoca.
Así, ya hay algunas instituciones automovilísticas en nuestro país que han avanzado en este plano para garantizar y estandarizar los aspectos de seguridad en el uso de vehículos GLP.
RACE: las dos grandes pruebas en España
El Real Automóvil Club de España (RACE) ha realizado un informe de seguridad en el que analiza el comportamiento de los vehículos GLP en dos situaciones en las que podría causar algunos problemas. Para ello, ha realizado dos pruebas muy concretas que desprenden resultados claros:
- Prueba de choque
El primer test que llevó a cabo el RACE consistía en replicar un choque trasero; es decir, impactar un coche a una velocidad de 60 km/h y con un 70% de superposición contra otro vehículo GLP estacionado. Tras la colisión, el depósito de Autogas no se vio afectado, y los tubos de alimentación también resistieron.
- Prueba de incendio
La segunda prueba que ejecutaron tenía como objetivo simular un posible incendio resultante tras un accidente, aunque es una situación que no se produce habitualmente. Para ello, se colocaron en la parte inferior del turismo con depósito de GLP una serie de bandejas llenas de gasolina a las que se prendió fuego. Pese a que estaban situadas inmediatamente debajo del depósito de Autogas, la válvula de liberación de presión se abre una vez que el coche esté envuelto en llamas. De esta forma, la llama que se produce en esta salida de gas controlada se dirige al suelo, por lo que no supondría ningún riesgo adicional.
Otro aspecto relevante a tener en cuenta es la seguridad en las estaciones de repostaje de Autogas. Según el último informe elaborado por la asociación mundial de GLP, el punto de suministro de este combustible alternativo puede presentarse de forma independiente o como un punto más en los dispensadores habituales. Además, tendrán que estar equipados según marca el estándar internacional en lo que respecta al equipamiento necesario (almacenamiento, bombeo, válvulas, etc.) y la formación al personal acerca del mantenimiento que requiere el dispensador de Autogas.
En relación a las fugas de gas, ¿es seguro un vehículo GLP?
Sin duda, una posible fuga de gas es, a priori, una de las máximas preocupaciones de los usuarios. No obstante, la seguridad en este aspecto es máxima. De hecho, los vehículos GLP deben contar con la homologación del Ministerio de Transportes antes de salir al mercado, y para ello tienen que superar pruebas de resistencia a una presión 10 veces por encima de la habitual.
Asimismo, la instalación de los depósitos de GLP incluye la inserción de una electroválvula de corte cuya misión es cerrar la transmisión de gas ante cualquier incidencia, lo que evitaría el riesgo de fuga. Por último, estos vehículos cuentan con una válvula de seguridad que impide que la presión de baja se incremente por encima de 2,25 veces la presión máxima de funcionamiento.
¿Qué mantenimiento es necesario?
Lo primero que debemos aclarar sobre el uso y revisión de los vehículos propulsados por GLP es que es imprescindible que se lleve a cabo en talleres especializados, evitando la autorevisión individual. En realidad, el mantenimiento de los vehículos bifuel es muy similar al de los turismos de gasolina o diésel. Es importante revisar el aceite, el filtro de aire, los neumáticos y la presión, como en el resto de vehículos.
Además, conviene revisar la estanqueidad de la instalación para revisar fugas, los filtros de gas y las bujías y cables, entre otros aspectos. Por último, al igual que sucede con otro tipo de turismos, los elementos a revisar irán aumentando progresivamente con el uso del vehículo. Para que te hagas una idea, las revisiones en los vehículos GLP suelen realizarse cada 15.000 o 20.000 kilómetros, aproximadamente. En cualquier caso, será el propio taller especializado quien determine la necesidad de mantenimiento y el estado del vehículo en cada caso particular.
Acá en Chile están regulados por la norma Euro 5 hasta el año 2014
Después de ese año ruge la norma Euro 6
El problema radica que solo en la capital se encuentran estaciones para cargar GLP en ciudades es muy difícil encontrar.