Hace algunos días saltaba la noticia de que la Unión Europea había ampliado el listado de tecnologías que consideran “estratégicas” dentro de su propuesta de Ley para una Industria de Cero Emisiones. Concretamente, añaden la fisión nuclear y los combustibles alternativos sostenibles al conjunto de tecnologías estratégicas, en el que hay un total de 10 opciones.
Pero, ¿cómo interfiere esta noticia con los planes y los plazos que ya se había marcado este organismo en materia de movilidad sostenible? Es importante tener en cuenta que no ha cambiado el horizonte temporal, que reza que, para 2035, no se podrán vender nuevos coches de combustión.
Tampoco se ha modificado el plazo de 2050 como año para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas, suscrito por las Naciones Unidas. Lo que la Unión Europea ha hecho es ampliar el abanico de tecnologías estratégicas que formarán parte del cambio hacia un escenario orientado a conseguir las cero emisiones.
Para incentivar este objetivo, este listado de tecnologías estratégicas acarreará importantes ventajas, tanto a nivel fiscal como burocrático. Es, por tanto, una clara apuesta por parte de la Unión Europea para dar más facilidades a los distintos gobiernos para que aceleren el ritmo en este proceso.
¿Qué tecnologías estratégicas contempla Europa?
Tras la incorporación de las dos tecnologías anteriormente mencionadas, la Unión Europea incluye un total de 10:
- Energías eléctricas
- Energía eólica
- Placas solares
- Biogás
- Hidrógeno
- Geotermia
- Baterías eléctricas
- Reciclaje de carbono
- Combustibles alternativos sostenibles
- Fisión nuclear
El objetivo de ampliar este conjunto de opciones es evitar apostar todo a una única carta y diversificar las alternativas más allá del vehículo eléctrico. De esta forma, no solo se conseguirá llegar al objetivo propuesto mucho antes, sino que se garantizará la universalidad de opciones a todos los usuarios, en lugar de poner a su disposición una única solución que, a día de hoy, no es accesible para todo el mundo.
Por otro lado, es una decisión estratégica a nivel comercial, porque permite a las empresas europeas competir en igualdad de condiciones con otros mercados, como Estados Unidos o China.
Las tecnologías estratégicas, de distinta aplicación en cada industria
Una de las principales consecuencias de la decisión que ha adoptado la Unión Europea afecta, directamente, a algunos sectores concretos. En el caso del transporte, es importante tener en cuenta que las necesidades que tiene el transporte marítimo no son las mismas que las que tiene el transporte terrestre. Incluso dentro de este, no están en la misma situación los vehículos de transporte pesado que los de transporte ligero.
Por lo tanto, potenciar un conjunto de alternativas más amplio permite, a cada tipo de industria, recurrir a la más interesante. En algunos casos, como el hidrógeno, estamos en una fase muy incipiente de producción y pruebas. En cambio, hay otras alternativas, como el biogás, cuyo desarrollo está avanzando cada vez más.
Aun así, todavía es pronto para definir de forma más concreta todas las posibilidades que ofrece este listado de tecnologías estratégicas. Algunas, como la energía solar, la geotermia o las placas solares, ya tienen un desarrollo más claro. En cambio, hay otras, como los combustibles alternativos sostenibles, que tendrán que definirse de manera más concreta de aquí a los próximos años.
Lo que es innegable es que la industria avanza cada vez con más determinación hacia un escenario de sostenibilidad, descarbonización y reducción completa de emisiones, y cualquier empresa o institución que no se sume a esta ola quedará, inevitablemente, rezagado.
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