Hay muchas formas distintas de conducir, y cada uno tenemos nuestro propio estilo de conducción. Algunas personas prefieren hacerlo de manera suave y lenta, mientras que otras tienden a ser algo más bruscas. Pero, más allá del estilo, la forma de conducir puede hacernos gastar más dinero en combustible o, por el contrario, ahorrar unos euros a final de mes. 

Lo que se conoce comúnmente como conducción inteligente es una manera de aplicar determinados consejos y técnicas que reducen el gasto de combustible. Es decir, si conduces de forma optimizada, cada litro de combustible que repostes te cundirá durante más kilómetros. 

A la larga, se traduce en un ahorro considerable a final de mes; especialmente, si tu coche se mueve por gasolina o diésel, cuyos precios son más elevados de lo que lo eran hace un par de años. De hecho, se estima que llevar a cabo una conducción inteligente y eficiente puede suponer un ahorro de hasta el 15%, aunque este porcentaje puede variar en función del consumo de cada vehículo. 

No obstante, la conducción eficiente se puede aplicar a cualquier tipo de vehículo, incluyendo aquellos propulsados por GLP. Pero, ¿cómo podemos saber si conducimos de manera óptima o si debemos cambiar algunos hábitos para ahorrar a final de mes? 

Te proponemos un sencillo test con el que podrás medir hasta qué punto conviene adaptar tu estilo de conducción para conseguir más eficiencia energética y económica.