Cuando hablamos de la relevancia que tiene llevar a cabo una transición energética real y eficaz, nos referimos a proporcionar a los ciudadanos todas las alternativas posibles para favorecer su adaptación a un nuevo ecosistema. Y, en movilidad sostenible, es más importante todavía, tanto entre los conductores habituales como entre los profesionales. 

Por este motivo, es imprescindible desarrollar y promover diversas tecnologías que satisfagan las necesidades y demandas nuevas, sin que ello suponga el sacrificio de determinados profesionales. Pero, ¿qué sucede cuando se transita de forma abrupta y sin previsión suficiente? Que se puede llegar a producir un colapso. 

El último ejemplo de ello lo encontramos en Glasgow, una de las ciudades más importantes de Escocia, donde numerosos taxistas se han encontrado sin poder ejercer su actividad de un día para otro. A continuación, te contamos detalladamente este caso.

 

Más de 350 taxis inhabilitados en Glasgow

Glasgow fue una de las primeras ciudades escocesas que implementó una Zona de Bajas Emisiones el pasado 1 de junio de 2023. Una ZBE que también aplicaba ya a los autobuses, y que, para el resto de vehículos, entró en vigor en dicha fecha. En el caso de los residentes de la zona, el plazo para que entrasen en vigor las restricciones se amplió hasta el 1 de junio de 2024. 

Cabe recordar que los taxistas que operan en Glasgow tienen condición como si fueran residentes. Sin embargo, el pasado 1 de junio, muchos se encontraron con una situación poco deseada. 

Glasgow Taxis, en representación del sector en la ciudad, emitió una carta a la alcaldesa de Glasgow alertando de que, a partir del 1 de junio, dejarían de operar unos 350 taxis en este municipio escocés. ¿El motivo? Que muchos no han podido llevar a cabo las acciones necesarias para reducir las emisiones de sus vehículos en este tiempo. Por ello, Glasgow Taxis trasladó la propuesta de “compensar las emisiones” hasta que pudieran cumplir todos con la normativa al 100%. 

La cuestión es que, en Glasgow, la mayoría de taxistas son pequeños empresarios que ostentan un negocio familiar, lo que significa que pocos coches son nuevos. Además, en Glasgow no hay prácticamente opciones de vehículos eléctricos. Y, en lo que respecta a la conversión a GLP, desde Glasgow Taxis afirman que en la ciudad tampoco hay talleres que puedan acometer las transformaciones. De hecho, estiman que todavía hay más de 100 vehículos a la espera de que los talleres que hay en Edimburgo y alrededores les den una fecha para la conversión. 

En este sentido, Transport Scotland había anunciado que, a través del Energy Savings Trust (EST), subvencionaría el 80% del coste total de la conversión a GLP. Sin embargo, esto se ha reducido a un 66%, lo que obliga a muchos taxistas a desembolsar una gran cantidad de dinero adicional.

 

Cómo llevar a cabo una transición adecuada

En esta década estamos experimentando un cambio en la movilidad que, en mayor o menor medida, nos afecta a todos. Pero, para que la transición hacia una movilidad más sostenible sea efectiva y real, es importante proporcionar las herramientas adecuadas para ello. En primer lugar, desde las instituciones se debería promover e impulsar la información sobre todas las alternativas que existen a día de hoy que permitirían, a muchos vehículos, pasar a ser más sostenibles. 

En España, la conversión a GLP permite que los vehículos gasolina matriculados a partir de 2006 y los diésel posteriores a 2016 obtengan la etiqueta ECO. Esto, sin duda, aliviaría a muchos conductores que circulan por grandes ciudades y necesitan soluciones inmediatas y efectivas para sortear las restricciones de las Zonas de Bajas Emisiones. 

Y, a largo plazo, es fundamental adquirir el compromiso con el desarrollo no solo de una, sino de varias alternativas de movilidad sostenible. Más allá de la electrificación, que será clave, debemos invertir en innovación para agilizar el desarrollo de tecnologías como el hidrógeno, los biocombustibles y cualquier otro sistema que permita reducir las emisiones contaminantes de los vehículos. 

Sin embargo, es un compromiso que deben liderar las instituciones, actuando como divulgadoras e instruyendo a todas las personas para que sepan cómo transitar hacia el escenario de futuro del que nadie puede escapar.