Ante las recientes informaciones publicadas sobre la posible eliminación de la etiqueta medioambiental ECO para determinados vehículos, como los microhíbridos, híbridos no enchufables y vehículos propulsados por gas (GLP y GNC), desde ASTRAVE queremos expresar nuestra preocupación y posicionamiento al respecto.

Actualmente, el 42,2% de los vehículos nuevos matriculados en España son híbridos ligeros o no enchufables, que cuentan con la etiqueta ECO, mientras que un 5,1% corresponde a vehículos de gas —también con distintivo ECO— y un 8,7% a híbridos enchufables, clasificados con la etiqueta CERO. Estos datos suponen el 56% del total de vehículos en España, lo que deja en el aire la pregunta de cuál sería la opción real que tendrían estos usuarios, siendo un porcentaje tan elevado.

Esto también refleja que, a día de hoy, una parte muy significativa del mercado apuesta por tecnologías más eficientes y menos contaminantes que los motores de combustión tradicionales.

En un contexto en el que todavía no existen soluciones de movilidad sostenible plenamente desarrolladas ni accesibles para la mayoría de ciudadanos, eliminar estos distintivos podría suponer un retroceso. La etiqueta ECO ha sido un incentivo clave para reducir el parque automovilístico más contaminante, al tiempo que ha impulsado el uso de tecnologías que, aunque no son cero emisiones, sí contribuyen de manera significativa a la mejora de la calidad del aire y a la transición ecológica.

¿Qué implicaría eliminar la etiqueta ECO a coches híbridos y de gas?

Desde ASTRAVE consideramos que no estamos aún en un punto en el que pueda prescindirse de estas tecnologías intermedias. Eliminar su reconocimiento medioambiental sin ofrecer alternativas claras, accesibles y sostenibles puede generar incertidumbre en consumidores y empresas, frenar el avance hacia una movilidad más limpia y perjudicar al conjunto del sector de la automoción.

Reclamamos que cualquier cambio en el sistema de etiquetado ambiental se base en un análisis técnico riguroso, que tenga en cuenta tanto el impacto ambiental real como la situación actual del mercado y el ritmo de adopción de nuevas tecnologías.

La sostenibilidad no se logra con medidas simbólicas, sino con pasos coherentes, progresivos y adaptados a la realidad del parque móvil y de las infraestructuras. Por eso, desde ASTRAVE pedimos prudencia y diálogo antes de adoptar decisiones que pueden tener consecuencias no deseadas tanto para el medio ambiente como para el futuro del sector.