La transición hacia una movilidad más sostenible es uno de los grandes retos que enfrenta Europa en su lucha contra el cambio climático y la contaminación del aire. En este contexto, los coches de combustión interna, tanto diésel como gasolina, se han convertido en el centro del debate político, industrial y social. 

El impulso de los vehículos eléctricos, híbridos enchufables y tecnologías alternativas (como el hidrógeno) se enmarca dentro de una estrategia común europea para alcanzar la neutralidad climática en 2050. 

Pero ¿en qué punto se encuentran las restricciones y prohibiciones sobre los coches de combustión en Europa? ¿Y qué implicaciones tiene esto para España?

Restricciones a los coches de combustión en Europa

Poner coto a la venta de coches de combustión es uno de los principales objetivos que plantea la Unión Europea desde hace unos años. Por eso, analizamos cuál es la situación actual en 2025 y qué previsiones hay en cada país.

Unión Europea: normativa marco

La Comisión Europea ha fijado el año 2035 como la fecha límite para la venta de coches nuevos con motor de combustión interna, incluidos los híbridos, en todos los Estados miembros. Esta medida forma parte del paquete “Fit for 55”, cuyo objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030 respecto a los niveles de 1990.

Sin embargo, los vehículos con combustibles sintéticos (e-fuels) podrían recibir excepciones, tras la presión de países como Alemania. Esto abre una puerta a ciertas tecnologías de bajas emisiones que aún usan combustión, aunque en un marco muy limitado.

Alemania

Alemania, el mayor mercado automovilístico de Europa, mantiene una postura pragmática. Aunque apoya el fin de los vehículos de combustión para 2035, ha impulsado excepciones para los e-fuels. A nivel urbano, ciudades como Berlín, Hamburgo y Stuttgart han implementado zonas de bajas emisiones (LEZ, por sus siglas en inglés), restringiendo el acceso a vehículos contaminantes, especialmente los diésel antiguos (Euro 4 o inferior).

Francia

Francia ha establecido una prohibición progresiva de vehículos contaminantes en grandes ciudades. París, Lyon y Grenoble cuentan con zonas de bajas emisiones permanentes (ZFE-m), aunque están encontrando una fuerte oposición por parte de los tribunales que está retrasando su aplicación. 

Italia

Italia avanza más lentamente en la electrificación, pero ciudades como Milán, Roma y Bolonia ya aplican restricciones severas en sus zonas de tráfico limitado (ZTL). En Milán, el área C restringe el acceso a vehículos de combustión sin etiqueta ambiental, y Roma planea prohibir los coches diésel en el centro histórico en 2025. Además, cabe tener en cuenta que, en Italia, el uso de los vehículos de GLP está mucho más extendido, siendo una tecnología alternativa más sostenible que la gasolina y el diésel.

Países Bajos

Uno de los países más ambiciosos. Ámsterdam prohibirá totalmente todos los coches de combustión (incluidos híbridos) en el área metropolitana a partir de 2030. El gobierno también incentiva la movilidad eléctrica con fuertes subsidios y un plan de infraestructura de recarga nacional.

Por su parte, La Haya se convirtió en la primera ciudad a nivel global que prohibió la publicidad de coches con motor de combustión, una medida en vigor desde el pasado 1 de enero. 

Noruega 

Noruega es el líder europeo en electrificación, y aunque no forma parte de la UE, es referente. Ha eliminado la venta de coches de combustión desde 2025. Así, los vehículos de combustión siguen circulando, pero los concesionarios ya no pueden vender más nuevos. 

Hamburgo y Estocolmo

Ambas ciudades endurecieron sus restricciones, prohibiendo a los coches de combustión circular por el centro de la ciudad. 

Conclusiones y previsiones para España

España sigue las directrices de la Unión Europea, por lo que también deberá eliminar la venta de coches nuevos de combustión en 2035. Además, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética obliga a las ciudades de más de 50.000 habitantes a establecer zonas de bajas emisiones (ZBE) desde 2023. Sin embargo, la implementación ha sido desigual y, en muchos casos, retrasada por falta de planificación municipal.

A pesar de ello, se vislumbra una dirección clara:

  1. Progresiva restricción de circulación para vehículos contaminantes en las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia…).

  2. Incentivos a la compra de vehículos más sostenibles, aunque aún insuficientes comparados con otros países europeos.

  3. Desarrollo de infraestructura de recarga, con un fuerte retraso respecto al norte de Europa.

España deberá acelerar sus políticas para no quedar rezagada en la transición energética. Aunque la industria del automóvil enfrenta un reto de reconversión, también se abren oportunidades en la fabricación de baterías, componentes eléctricos y reaprovechamiento de vehículos ya existentes con tecnologías más sostenibles.

El futuro de la automoción en Europa pasa por el abandono de los coches de combustión interna. La tendencia es clara, aunque con ritmos diversos según el país. España tiene ante sí la oportunidad de liderar parte de este cambio, pero para ello necesita mayor ambición política, cooperación público-privada e inversión en innovación. La sostenibilidad no es una opción: es una exigencia del presente y una garantía para el futuro.