La Ley de Movilidad Sostenible, recientemente aprobada, marca un punto de inflexión en la política de transporte en España. Entre sus objetivos principales se encuentra la renovación del parque automovilístico, actualmente uno de los más envejecidos de Europa: la edad media de los turismos supera los 14 años, y más del 60 % de los vehículos que circulan carecen de etiqueta ambiental.
Esta situación no solo compromete los objetivos climáticos, sino que también tiene un impacto directo en la calidad del aire y la seguridad vial.
Desde ASTRAVE, la Asociación Española de Transformadores de Vehículos, creemos que la renovación del parque debe abordarse con una visión integral y flexible, que combine medidas estatales y autonómicas y que aproveche todas las tecnologías disponibles, incluidas las transformaciones a GLP, para lograr una transición sostenible, justa y económicamente viable.
Un marco de actuación compartido: el papel del Estado y las comunidades autónomas
La nueva ley ofrece una oportunidad para que las comunidades autónomas diseñen sus propios programas de incentivos, siguiendo modelos que ya se llevan a cabo desde hace tiempo, como el Plan Moves.
Estos planes, cofinanciados con fondos europeos, han demostrado su eficacia para impulsar la electrificación del transporte. Sin embargo, su alcance sigue siendo limitado en algunos aspectos: se centran casi exclusivamente en vehículos eléctricos nuevos, dejando fuera opciones de transición más asequibles como las transformaciones a gas o la sustitución por vehículos seminuevos menos contaminantes.
En este contexto, tanto el Gobierno central como las administraciones autonómicas pueden desempeñar un papel clave ampliando el enfoque de estos programas y adaptándolos a las realidades de cada territorio. No todas las regiones tienen la misma infraestructura eléctrica ni el mismo nivel de renta, por lo que los incentivos deben ser flexibles, inclusivos y escalonados.
1. Incentivos directos a la compra o transformación de vehículos
a) Planes tipo Moves ampliados
El País Vasco ha sido pionero en diseñar el EVE, una versión propia del Plan Moves que incluye ayudas a la transformación de vehículos a GLP o GNC, además de incentivos para la compra de eléctricos e híbridos enchufables. Este enfoque es un modelo a seguir: permite reducir las emisiones de forma inmediata, con una inversión por vehículo mucho menor que la que requiere un coche eléctrico nuevo.
La Comunidad de Madrid también ha lanzado programas complementarios, como el Plan Cambia 360, que apoya tanto la compra de vehículos de bajas emisiones como la sustitución de vehículos antiguos.
Estas experiencias muestran que la colaboración entre administraciones y el sector privado puede acelerar la modernización del parque sin excluir a los ciudadanos con menor capacidad adquisitiva.
b) Ayudas a la conversión de vehículos a gas
La conversión a GLP es una de las alternativas más eficaces y rápidas para reducir las emisiones y partículas inmediatamente. Con una inversión media de entre 1.200 y 2.000 euros, un vehículo de gasolina puede transformarse en uno con etiqueta ECO, lo que mejora su acceso a Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y reduce los costes de circulación.
Por ello, sería recomendable que las comunidades autónomas incluyeran líneas de ayuda específicas para la transformación a gas, siguiendo el ejemplo de algunos países europeos (como Italia o Polonia), donde este tipo de incentivos ha tenido un fuerte impacto en la renovación del parque.
2. Programas de retirada de vehículos antiguos («Plan Renove Verde»)
Una de las fórmulas más efectivas para rejuvenecer el parque es vincular las ayudas a la retirada definitiva de vehículos antiguos. Un “Plan Renove Verde” podría combinar incentivos para achatarrar vehículos sin etiqueta con la adquisición o conversión de vehículos de bajas emisiones.
Estos programas podrían estructurarse en tres niveles:
- Sustitución por vehículo eléctrico o híbrido enchufable, donde se ofreciera una ayuda más alta.
- Compra o conversión a GLP o híbrido no enchufable, con una ayuda intermedia.
- Adquisición de vehículo seminuevo con etiqueta ECO o C, mediante una ayuda básica.
De esta forma se estimularía la renovación de forma progresiva y realista, atendiendo a la capacidad económica de cada usuario y al ritmo de implantación de las distintas tecnologías.
3. Incentivos fiscales y medidas de apoyo complementarias
Además de las subvenciones directas, las administraciones pueden actuar mediante incentivos fiscales y medidas de acompañamiento. Algunas opciones viables serían:
- Reducción del impuesto de matriculación para vehículos de bajas emisiones o transformados a GLP/GNC.
- Bonificaciones en el Impuesto de Circulación (IVTM) durante los primeros años tras la conversión o compra.
- Deducciones en el IRPF para empresas o autónomos que transformen sus flotas.
- Facilidades administrativas en la homologación de transformaciones, reduciendo plazos y costes de certificación.
Estas medidas no requieren un gran desembolso presupuestario y pueden generar un efecto multiplicador en la demanda de tecnologías limpias.
4. Impulso a la infraestructura y colaboración público-privada
Para que la transformación del parque sea efectiva, es necesario acompañarla de una infraestructura energética diversa y accesible.
Además de los puntos de recarga eléctrica, las administraciones deben facilitar la expansión de la red de repostaje de gas. Actualmente, España cuenta con más de 900 estaciones de GLP, pero su distribución es irregular, lo que limita el potencial de crecimiento de este mercado.
Los convenios de colaboración con empresas del sector energético y talleres especializados permitirían impulsar la instalación de nuevos puntos de repostaje en áreas estratégicas, especialmente en polígonos industriales y zonas rurales.
El objetivo es lograr una transición efectiva pero realista
La renovación del parque automovilístico es una prioridad nacional y europea, pero para que sea efectiva debe ser también socialmente justa y tecnológicamente plural. No se trata solo de sustituir motores, sino de ofrecer alternativas reales y sostenibles para todos los ciudadanos.
Desde ASTRAVE, defendemos que el futuro de la movilidad sostenible pasa por combinar tecnologías: vehículos eléctricos donde sea viable, y vehículos a gas como solución de transición inmediata, rentable y de bajo impacto ambiental.
Con planes autonómicos bien diseñados, incentivos fiscales y colaboración público-privada, España puede avanzar hacia un parque más limpio, seguro y moderno sin dejar a nadie atrás.
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