La conversión a GLP es una de las alternativas de movilidad sostenible más efectivas a día de hoy. Se puede llevar a cabo de manera inmediata y con una inversión económica mucho menor que la que supondría la compra de un vehículo nuevo. Y, además, en muchos de los vehículos que conforman el parque automovilístico actual, permite solicitar y obtener la etiqueta ECO.
Así, la conversión a GLP es una forma de mantener tu vehículo pero de manera que este sea mucho menos contaminante, al reducirse la emisión de partículas nocivas y de CO2. Sin embargo, una de las grandes preguntas que surge a muchos usuarios es: ¿En cuánto tiempo se amortiza la inversión adicional que supone la transformación a GLP?
Cuando pensamos en un vehículo nuevo, sabemos que la inversión económica que supone es una inversión que no se suele recuperar hasta pasados varios años. Incluso en los modelos de gamas más económicas. Por otro lado, el poco conocimiento general que existe entre la población acerca de las conversiones a GLP lleva a muchas personas a pensar que, en el caso de las transformaciones, el período de amortización es parecido. Y, sin embargo, nada más lejos de la realidad.
En este sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado cuál es el coste por kilómetro de distintos tipos de coches propulsados por combustibles y energías diferentes y según el tipo de motor. Así, ha concluido cuál es el período, en kilómetros, que se tarda en amortizar el coste adicional que supone un vehículo distinto a los de gasolina, que son los más baratos en la adquisición. Los resultados son claros: los vehículos bifuel son los que antes amortizan la inversión. Vamos a analizar por qué.
¿Qué entendemos por período de amortización en un vehículo?
Lo primero que conviene hacer es analizar a qué nos referimos cuando hablamos de período de amortización en lo que a vehículos se refiere. Este período corresponde al tiempo que pasa hasta que igualamos la inversión económica que nos ha supuesto la compra o transformación de un coche. Es decir, el tiempo que tardamos en “recuperar” el gasto inicial. En este caso, se calcula sobre el coste adicional que tienen los vehículos que no son de gasolina sobre estos, cuya adquisición es más económica.
El coste por kilómetro varía en función del consumo de combustible y del número de kilómetros que recorremos anualmente. Por otro lado, hay que tener en cuenta el coste por kilómetro, en el que intervienen distintas variables, como los gastos de mantenimiento, el seguro, los impuestos y el consumo de combustible.
El cálculo de ambos conceptos nos permite anticipar qué tecnología de movilidad se amortiza más rápidamente, y cuál requiere un período más largo hasta recuperar la inversión que hemos realizado.
Período de amortización del coste adicional según las distintas tecnologías
En base a estos datos, la OCU ha realizado un estudio para comprobar cuánto tiempo tardan, de media, los conductores de distintos tipos de vehículos en amortizar la inversión adicional que requiere cada tipología frente a la gasolina. Para ello, ha tenido en cuenta los precios actuales de los combustibles y ha definido un porcentaje medio de uso de cada combustible en el caso de tecnologías híbridas. La comparativa la ha realizado con respecto a la gasolina, que es el combustible de uso mayoritario a día de hoy.
Según este análisis, los coches híbridos no enchufables son los que más tiempo tardan en amortizar el sobrecoste, que según la OCU, es de unos 2500 euros con respecto a la gasolina. En este caso, la amortización llegaría a los 110.000 km. En cambio, los vehículos con tecnología bifuel, que combinan la gasolina y el GLP, son los que más rápido amortizan los 700 euros que la OCU estima de coste adicional frente a la gasolina, pues solo son necesarios 20.000 km para ello.
Si tomamos como referencia los últimos datos medios relativos al número de kilómetros que recorren los españoles cada año, entre 12.000 y 15.000, la diferencia es clara. Los conductores de vehículos bifuel amortizarán la inversión en apenas un año y medio, mientras que los conductores de vehículos híbridos no enchufables tardarán una media de 7,3 años.
La conversión a GLP o cómo reducir, aún más, el período de amortización
Otra característica que conviene tener en cuenta es que el estudio de la OCU se ha realizado en base a vehículos bifuel que son nuevos, cuya compra requiere una inversión sobre la que calcula un coste adicional de 700 euros respecto a un gasolina. En cambio, la decisión de transformar un coche gasolina a GLP tiene un coste mucho más bajo, que ronda los 1.200 – 2.000 euros en función del tipo de vehículo y de motor, mientras el resultado es el mismo.
De hecho, una de las conclusiones que se desprenden del análisis de la OCU es que “el principal inconveniente de esta opción es la poca oferta de modelos que hay, prácticamente solo modelos pequeños de las marcas Dacia y Renault”. En este sentido, la conversión a GLP es una solución inmediata y efectiva, puesto que se puede realizar en la mayor parte de coches de gasolina que circulan actualmente. Y, si estos vehículos están matriculados a partir de 2006, también pueden obtener la etiqueta ECO.
Por lo tanto, la conversión a GLP gana peso como la alternativa de movilidad de transición más sostenible y económica. No solo ayuda a reducir las emisiones contaminantes y a ahorrar a la hora de repostar, sino que también permite reaprovechar tu vehículo, reduciendo así los componentes electrónicos que, de otra manera, se desecharían.
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