Cada vez son más los conductores que buscan activamente nuevas fórmulas de movilidad sostenible basada en combustibles alternativos. En primer lugar, por el encarecimiento de los precios, que ha elevado el coste de la gasolina y el diésel hasta niveles impensables hace un año.
Pero, además, porque la concienciación medioambiental está cada vez más extendida, y el criterio de sostenibilidad adquiere más peso entre los usuarios. Pero, ¿conoces todos los combustibles alternativos que existen hoy en día? Te explicamos sus características en este artículo.
Hace algunos meses, la Unión Europea hizo pública su propuesta para poner fin a la venta de coches de combustión en el año 2035. Por su parte, España dio luz verde el año pasado a la nueva Ley del Cambio Climático, que establece 2050 como fecha límite para alcanzar la neutralidad climática.
Combustibles alternativos, necesarios en la transición hacia la descarbonización
Los objetivos están claros; sin embargo, poco se habla acerca de cómo debería producirse dicha transición hacia un escenario libre de emisiones contaminantes. Para conseguir la ambiciosa propuesta europea es imprescindible contar con una serie de combustibles que ayuden a normalizar este recorrido hacia la descarbonización.
De esta forma, además de acostumbrar progresivamente a los usuarios, se da el tiempo suficiente como para consolidar el desarrollo e infraestructura de los combustibles alternativos que se mantendrán en el futuro. No obstante, el desconocimiento general acerca de estos combustibles se traduce en una mayor desconfianza sobre sus beneficios y su utilidad, y es competencia de todos los agentes que forman parte del sector difundir toda la información al respecto.
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Gas Licuado de Petróleo (GLP)
El GLP, también conocido como Autogas, es el combustible alternativo más económico a día de hoy. Aunque también ha incrementado su precio con respecto a hace unos meses, la diferencia con respecto a la gasolina y el diésel es muy notable, llegando a ser del 40-50%. Además, los vehículos que se desplacen con GLP pueden obtener la etiqueta ECO, siempre que cumplan con la norma Euro 4. Esto se debe a que suponen una clara reducción de las emisiones contaminantes en distintos tipos de partículas.
Se trata de un combustible compuesto por una mezcla de butano (70%) y propano (30%), aunque el porcentaje puede cambiar en función de las condiciones climatológicas de cada zona. Este combustible se almacena de forma líquida en unos depósitos que suelen tener forma redonda y se suelen ubicar en el hueco reservado para la rueda de repuesto.
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Gas Natural Vehicular (GNV)
El Gas Natural Vehicular (GNV) es el concepto con el que nos referimos al gas natural que se utiliza en el ámbito de la automoción, fundamentalmente compuesto por metano, y que se puede encontrar licuado (GNL) o comprimido (GNC):
- GNL: el gas natural licuado se transporta y se almacena en estado líquido a una temperatura de -160ºC, lo que le convierte más adecuado para vehículos pesados o transporte de larga distancia.
- GNC: por su parte, el gas natural comprimido se almacena en estado gaseoso, a una presión aproximada de entre 200 y 250 bares. En este caso, se suele emplear para turismos, furgonetas o transporte de media distancia, como autobuses urbanos.
Al igual que el GLP, el gas natural vehicular también permite a los conductores obtener la etiqueta ECO, puesto que la reducción de partículas contaminantes es significativa.
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Biocarburantes
Hablamos de biocombustibles para referirnos a los combustibles que se producen a partir de biomasa o residuos orgánicos. La principal ventaja es que, cuando se produce la combustión, ya ha absorbido de la atmósfera previamente CO2, resultando un balance neutro y no liberando nada como resultado. Por tanto, los niveles contaminantes son muy inferiores a los de la gasolina o el diésel tradicional. Dentro de los biocombustibles, existen diferentes alternativas, si bien no todas están igual de desarrolladas:
- Biodiésel: este combustible líquido se obtiene gracias al procesamiento de grasas naturales proveniente de animales o de aceites vegetales. Se pueden combinar con el diésel o utilizarse de forma pura.
- Biogás: el biogás es un tipo de gas renovable que se produce gracias a materias primas de origen biológico. A través de la digestión anaerobia, se descompone la materia orgánica debido a la falta de oxígeno. En este sentido, cabe destacar que, para ser considerado biogás, este combustible debe contar con el certificado de Sistema de Garantías de Origen de Gases Renovables, la forma de avalar que la producción del biogás es sostenible y limpia.
- Bioetanol: el bioetanol es un tipo de bioalcohol que se obtiene a partir de materias naturales con alto contenido en azúcar o almidón tras su fermentación.
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Hidrógeno
Este es uno de los combustibles alternativos con más expectativas de cara al futuro para lograr una movilidad sostenible factible para la mayoría de usuarios. En realidad, nos referimos a hidrógeno verde, que se obtiene tras separar, de forma limpia, el hidrógeno de otras moléculas con las que, habitualmente, está presente, para poderse utilizar en el sector de la automoción.
Asimismo, el hidrógeno verde es que se obtiene a partir de energías renovables mediante la electrólisis, un proceso que separa el hidrógeno del oxígeno utilizando la corriente eléctrica que puede provenir de elementos como el sol o el viento.
En este sentido, hay multitud de proyectos que están trabajando no solo para fomentar y democratizar la movilidad con hidrógeno, sino para combinarlo con otras alternativas, e incluso para adaptar los motores de combustión actuales para que consuman hidrógeno.
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Eléctricos
Hasta hace pocos años, la electricidad se convirtió en el combustible alternativo por excelencia. No obstante, no ha conseguido consolidarse en nuestro país de forma masiva a día de hoy, si bien es cierto que es una de las energías alternativas más populares. Prueba de ello es el incremento progresivo de puntos de recarga que encontramos en distintos puntos de la geografía española.
Sin embargo, no producen ningún tipo de combustión y, por tanto, su nivel de contaminación directa es mínimo, aunque cabe tener en cuenta que la producción de electricidad, en ocasiones, sí requiere el consumo de energías fósiles.
Como ves, las posibilidades de transformación de los vehículos gasolina y diésel en otros menos contaminantes son múltiples a día de hoy. Aunque los combustibles 100% limpios, como el hidrógeno, la electricidad o los biocarburantes, todavía no están desarrollados por completo, sí existen alternativas para transitar hacia el ansiado escenario de descarbonización.
La mayoría de vehículos actuales, diésel o gasolina, se pueden transformar a gas para reducir significativamente las emisiones contaminantes. De hecho, se postula como la mejor opción hoy en día hasta conseguir una red de infraestructuras lo suficientemente grande como para poder apostar por tecnologías como el hidrógeno.
Y es que, como decíamos al principio, el cambio hacia la movilidad sostenible debe realizarse progresivamente para que sea efectivo. De lo contrario, habrá más complicaciones que facilidades en un futuro que ya no es tan lejano.
Gracias por la info