La electrificación del transporte sigue siendo el gran objetivo de España en lo que a movilidad sostenible se refiere. Y, sin embargo, a nivel global continúa perdiendo fuerza. Así lo constata la consultora Roland Berger, que, desde hace tres años, analiza la evolución del coche eléctrico en las economías más importantes del mundo. 

Ahora, acaba de dar a conocer sus conclusiones sobre este año, y refrenda una tendencia que ya viene consolidándose. Por primera vez en 4 ediciones, los indicadores de satisfacción sobre el coche eléctrico han bajado o se han estancado. El ejemplo más claro es el de China, país que lideraba la puntuación en las ediciones anteriores, llegando hasta los 82 puntos, y que, este año, por primera vez, se ha estancado. 

Además, países como Estados Unidos, Alemania, Japón, Brasil, Noruega o Suecia han reducido el índice de satisfacción hacia el coche eléctrico de forma considerable. En este sentido, el informe revela aspectos como que, en Estados Unidos, hay una cada vez mayor falta de confianza en la disponibilidad de los puntos de recarga públicos para los coches eléctricos. 

En el lado opuesto se sitúan países como India, Francia, Reino Unido o España, donde esta puntuación ha subido. Sin embargo, se plantea un importante dilema: ¿vamos retrasados con respecto a las tendencias globales, cuando las principales economías del planeta están cambiando de dirección?

Cabe destacar la particularidad que señala la consultora que ha elaborado el informe sobre la situación en España. Esta consultora reconoce que en España sigue habiendo un gran énfasis por el coche eléctrico, a pesar de que no es un mercado en el que la demanda de este tipo de vehículos destaque ni crezca exponencialmente. 

 

Las grandes marcas confirman la tendencia

Más allá de las conclusiones derivadas de estudios como el de la consultora Roland Berger, es interesante analizar cómo se está comportando el mercado para comprobar la situación real. Lo cierto es que algunas de las grandes marcas de automoción, como Ford o Mercedes, paralizaron o redujeron la apuesta única por los vehículos eléctricos. 

Más relevante aún es el viraje que está experimentando BYD, una marca que irrumpió en España con coches 100% eléctricos y que, ahora, está girando hacia la venta de vehículos híbridos.

Y, mientras marcas como Ford o Mercedes están redefiniendo sus planes comerciales, otras como Toyota, que ha apostado por tecnologías híbridas y de hidrógeno, sigue avanzando cada vez a pasos más agigantados.  

 

El transporte pesado, el gran obstáculo de la electrificación

La penetración de los coches eléctricos en el mercado de vehículos particulares en España puede crecer, pero no hay que olvidar el gran hándicap que tiene la electrificación entre los vehículos de transporte pesado

De hecho, la dificultad de electrificar el transporte pesado debería ser motivo suficiente para que las principales instituciones incluyesen otras tecnologías de movilidad sostenible en sus planes de ayudas y subvenciones de forma más clara y amplia. Sin embargo, el énfasis casi exclusivo en la electrificación está dejando fuera a un sector tan relevante para la economía española como el transporte pesado. 

En este sentido, la apuesta por opciones de movilidad transicionales hasta el desarrollo completo de tecnologías de futuro debería ser igual de prioritario para combinar la reducción de emisiones de forma inmediata con la inclusión del transporte pesado en los planes de movilidad sostenible. 

De lo contrario, aunque se consiguiera electrificar por completo el parque de vehículos particulares, seguiría habiendo un gran problema que ya no solo sería a nivel medioambiental, sino también a nivel económico y productivo.