Hasta hace no muchos años, el uso del Gas Licuado de Petróleo (GLP) como combustible alternativo en vehículos era una opción marginal, poco conocida por los conductores y poco valorada por el mercado automotriz. Sin embargo, en la última década, hemos asistido a un cambio significativo en la percepción y adopción de esta tecnología, impulsado por la creciente demanda de movilidad sostenible y la necesidad de acceder a los beneficios medioambientales, como la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT) en España.
Este giro no solo ha sido liderado por marcas tradicionales como Dacia, pionera en popularizar modelos bifuel (combinando gasolina y GLP) en segmentos de bajo coste, sino que también ha atraído la atención de nuevas marcas que ven en el bifuel una oportunidad de aportar soluciones más asequibles y respetuosas con el medio ambiente.
Un ejemplo reciente es Omoda y Jaecoo, ambas marcas emergentes en España pertenecientes al Grupo Chery, que ha anunciado su apuesta por la tecnología bifuel, contribuyendo a ampliar la oferta de vehículos propulsados por gas, diversificando así el mercado.
Por el momento, es una estrategia que van a poner en marcha a modo de prueba en Italia, país donde el uso del autogas como combustible alternativo está mucho más extendido. Sin embargo, la idea es replicar dicha fórmula también en España dentro de unos meses.
Del desconocimiento a la demanda: el auge del GLP
El GLP o Autogas ha estado presente durante años como una opción viable para la automoción, pero su escasa promoción y las infraestructuras limitadas hicieron que quedara relegado frente a otras alternativas como el gasóleo o la gasolina.
Sin embargo, la realidad de las crecientes restricciones a los vehículos más contaminantes, especialmente en zonas urbanas, junto con los incentivos fiscales y normativos que promueven las tecnologías más limpias, han cambiado el panorama.
Actualmente, el GLP se presenta como una de las soluciones más prácticas para los conductores que buscan una movilidad más económica y respetuosa con el medio ambiente. El auge de las transformaciones a GLP se debe, sobre todo, a su fácil accesibilidad y a los beneficios económicos que aporta, con ahorros de hasta un 40% en comparación con los combustibles tradicionales.
Además, este combustible alternativo permite a muchos vehículos obtener la etiqueta ECO de la DGT, que otorga ventajas como acceso a zonas de bajas emisiones (ZBE), reducciones en el impuesto de circulación, y descuentos en peajes o estacionamientos regulados, entre otros.
Nuevos jugadores en el campo bifuel
Si bien Dacia ha sido, hasta ahora, la marca más visible en popularizar los vehículos bifuel en el mercado español, no es la única que apuesta fuerte por esta tecnología. El Grupo Chery, bajo sus nuevas marcas Omoda y Jaecoo, ha lanzado modelos que incorporan tecnología bifuel como parte de su estrategia de expansión en Europa, destacándose por ofrecer una combinación de diseño, tecnología avanzada y soluciones sostenibles.
Omoda apuesta por una visión de futuro en la que los combustibles alternativos como el GLP desempeñan un papel crucial para facilitar la transición hacia una movilidad más limpia, sin requerir la infraestructura ni los elevados costes de las tecnologías 100% eléctricas o híbridas enchufables.
Esta es una de las razones por las que cada vez más fabricantes están optando por ofrecer versiones bifuel, aprovechando la flexibilidad y economía que el GLP proporciona frente a la gasolina o el diésel.
Un mercado en transformación
El auge de los vehículos bifuel no solo responde a la demanda de los consumidores, sino también a un marco regulador que cada vez es más estricto en cuanto a emisiones contaminantes. De acuerdo con la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA), la adopción de tecnologías de bajas emisiones es crucial para alcanzar los objetivos de descarbonización fijados por la Unión Europea.
En este sentido, el GLP se posiciona como una solución de transición ideal, ya que emite hasta un 15% menos de CO2 que los vehículos que funcionan exclusivamente con gasolina, y prácticamente elimina las emisiones de partículas y óxidos de nitrógeno (NOx), dos de los principales responsables de la contaminación del aire en las ciudades.
Este cambio de mentalidad se ha reflejado en un mercado que, anteriormente, ignoraba la tecnología bifuel y que ahora la incorpora como una alternativa competitiva y sostenible. Esta es la razón por la que el número de vehículos bifuel ha crecido un 60% en los últimos cinco años en varios países de la Unión Europea, destacándose especialmente en Italia, Turquía y Polonia, donde las políticas gubernamentales han sido clave para fomentar el uso de GLP.
La evolución de los vehículos bifuel en los últimos años demuestra cómo las tendencias del mercado automotriz han sabido adaptarse a las necesidades de sostenibilidad, ahorro y accesibilidad. Lo que antes era una tecnología desconocida para la mayoría de los conductores se ha convertido en una opción cada vez más demandada, apoyada por marcas tanto tradicionales como emergentes, que ven en el GLP una forma eficaz de cumplir con los requisitos medioambientales sin sacrificar la rentabilidad o la comodidad de los usuarios.
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