¿Cuál dirías que es el país en el que más interiorizado está el uso del Autogas o GLP como combustible de automoción? La tendencia de implantación de este combustible alternativo en España es muy creciente, pero está lejos de la consolidación de la que presumen otros países. En este storymap te contamos cuáles son los principales territorios donde se utiliza el GLP y qué fortalezas tiene cada uno.
Durante los últimos años, el concepto de vehículos de GLP se ha extendido progresivamente en España como una alternativa de movilidad más sostenible que los vehículos de combustión tradicionales, propulsados por gasolina o diésel. Sin embargo, todavía existe un gran desconocimiento sobre en qué consiste este combustible alternativo, cuáles son sus ventajas de aplicación y económicas y qué implicaciones tiene su uso para los conductores.
La utilización del gas como alimentación principal de los vehículos está, a su vez, más extendida en el ámbito del transporte profesional. Cada vez son más las compañías logísticas que refuerzan su flota de vehículos de GLP y GNC, o que han expresado su intención de hacerlo. Aún así, queda mucho camino por recorrer en nuestro país, tanto a nivel de divulgación como de concienciación por parte de los agentes del sector.
Sin embargo, el uso del Autogas en otros países está mucho más consolidado. Lo que aquí se percibe como una nueva fórmula de movilidad es, en diferentes naciones, un tipo de combustión que se utiliza desde hace mucho tiempo y en todos los ámbitos, tanto en la conducción profesional como entre particulares. De hecho, el último informe elaborado por la World LPG Association afirma que más de 29 millones de vehículos están utilizando este tipo de combustible en todo el mundo. De ellos, más del 70% se concentran en el continente europeo y en la región eurasiática.
A continuación, analizamos la penetración del GLP en diferentes países, así como todos los sectores donde el uso del Autogas está más desarrollado.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo otros países llevan mucho tiempo instaurando la cultura del Autogas entre sus habitantes. En algunos casos apoyándose en políticas gubernamentales, mientras que en otros predomina una responsabilidad conjunta para mejorar el medio ambiente. Todo parece indicar que España está en la dirección correcta, si bien aún queda mucho camino por recorrer. Un camino que, para que sea exitoso, debería comenzar por una excelente labor de concienciación y educación de los conductores.
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