Hasta hace no mucho tiempo, el Gas Licuado de Petróleo, más conocido comúnmente como GLP, no era un combustible muy extendido entre los usuarios de vehículos y turismos comerciales. Fuera del ámbito del transporte profesional, no eran muchos los que conocían la posibilidad de transformar su vehículo de gasolina a uno de gas, y todas las ventajas que ello supone.
Hoy en día esto ha cambiado. En primer lugar, por la dirección unísona que han tomado los países de la Unión Europea hacia un modelo de sostenibilidad y equilibrio medioambiental. De hecho, ya este año hemos sido testigos de nuevas restricciones de movilidad en grandes núcleos urbanos, y en 2023 esta tendencia se expandirá a los municipios de más de 50.000 habitantes.
Cabe tener en cuenta que los vehículos GLP gozan de la etiqueta ECO, lo que supone carta verde para circular prácticamente por cualquier zona en la que las restricciones sí alcanzan a las etiquetas B y C. Sin olvidar, por supuesto, las bonificaciones económicas y fiscales de las que se pueden beneficiar los usuarios de vehículos con etiqueta medioambiental ECO.
Por otro lado, el conflicto armado entre Rusia y Ucrania también ha disparado los precios del mercado energético, y una de sus consecuencias directas es la subida de precios en los combustibles. Ante esta situación, las transformaciones de vehículos con depósito bifuel siguen incrementándose.
Aún así, existe cierto desconocimiento general sobre qué es el GLP y qué características tiene en comparación con la gasolina y el diesel. Para ayudarte a aclarar estas cuestiones, te proponemos un sencillo juego. De las seis afirmaciones que te mostramos a continuación, debes adivinar cuáles son falsas y cuáles son ciertas.
¿Jugamos?
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