Aunque ya llevaba algún tiempo gestándose la decisión, finalmente la Unión Europea confirmaba, hace pocas semanas, la catalogación del gas y la energía nuclear como «energías verdes». Una situación que ha reabierto el debate sobre si realmente es factible el plan europeo con respecto a la erradicación de los combustibles fósiles y, de serlo, qué alternativas tangibles habría.
Lo cierto es que sigue habiendo muchas dudas al respecto, pero cada vez son más las voces de expertos que coinciden en que, probablemente, una de las mejores alternativas será el hidrógeno. La razón es sencilla, y es que es una de las pocas maneras de cumplir con el objetivo de descarbonización antes de 2050 que se ha marcado la Unión Europea.
Para que esto se cumpla, es imprescindible transitar de forma inmediata hacia nuevas fórmulas de combustible y suministro de energía. En este escenario, el hidrógeno cobra cada vez más fuerza debido a que, si bien no tiene una gran penetración todavía, es un recurso escalable fácil de obtener.
Se plantea un reto en el que España va a jugar un papel fundamental. La Unión Europea estima que, en 2050, el 12% de la energía total consumida provenga del hidrógeno; y de ese porcentaje, más de la mitad procedería de España. Las condiciones climatológicas que tiene España son perfectas para producir hidrógeno verde, lo que podría convertirnos en un importante exportador de esta energía a nivel global.
Automoción: uno de los sectores clave en el desarrollo del hidrógeno verde
La consolidación del hidrógeno verde como fuente de energía beneficiará a todos los sectores empresariales españoles. No obstante, en algunos desempeñará un rol más decisivo, puesto que muchos dependerán de ello para adaptarse a las directrices y normativas correspondientes.
La automoción es un ejemplo claro de cómo el hidrógeno verde está llamado a transformar toda una industria. Actualmente nos encontramos en un período de transición hacia combustibles alternativos que reducen notablemente las emisiones contaminantes, como el GLP o el GNC. Básicamente, utilizando el gas como forma de combustión de manera que se reduzcan las emisiones nocivas en un elevado porcentaje. Además, estamos hablando de que su coste económico disminuye hasta un 40% en comparación con la gasolina.
Sin embargo, las previsiones en lo que se refiere al camino hacia la descarbonización restarán peso al gas y se lo otorgarán al hidrógeno, que sí puede convertirse en una energía limpia procedente de fuentes 100% renovables.
Colaboración público-privada, clave para rozar el cielo
España concentra todos los ingredientes necesarios para convertirse en un hub del hidrógeno verde que le posicione como una referencia a nivel mundial. Sin embargo, no solo vale con eso para conseguir este objetivo. La colaboración y la cooperación entre el sector público y el privado es fundamental para culminar esta tarea. Ambos se erigen como agentes necesarios entre sí para conseguir que el hidrógeno despegue en nuestro país como una alternativa energética clara.
En este sentido, conviene desviar la mirada hacia el exterior y tomar nota de acciones interesantes. Por ejemplo, la creación de la Alianza Europea del Hidrógeno Limpio, un organismo cuya misión es impulsar las diferentes tecnologías de hidrógeno en todos los países europeos.
Este tipo de organizaciones y movimientos masivos son fundamentales para multiplicar el alcance de esta nueva energía, puesto que llevan a cabo una labor divulgativa de gran relevancia a fin de concienciar a la ciudadanía sobre sus beneficios, tanto económicos como medioambientales.
En España vamos dando pequeños pasos en este sentido. Recientemente se anunciaba la creación de Shyne (Spanish Hydrogen Network), que se convertirá en el primer consorcio del hidrógeno verde en nuestro país. Asimismo, esta entidad, liderada por Repsol, aspira a convertirse en el eje vertebrador de las tecnologías de hidrógeno en España, estableciendo una hoja de ruta común a todas las industrias y sectores de actividad.
Los fabricantes de vehículos, plenamente concienciados
Volviendo al ámbito de la automoción, otro signo del claro futuro que esta energía tiene en nuestro país es la concienciación de las marcas y fabricantes de vehículos, que cada vez apuestan más por comercializar coches de hidrógeno. O, por lo menos, por empezar a diseñarlos y fabricarlos.
Hyundai ha sido una de las primeras en adentrarse en este mercado con el modelo NEXO, el primer vehículo de hidrógeno que salió a la venta en España. Otro ejemplo es Toyota, que apuesta por el coche Mirai tras la implantación del vehículo de su rival.
Aunque estos son los dos únicos modelos propulsados por hidrógeno que ya se pueden comprar en España, durante 2022 se prevé la llegada de nuevas alternativas. Honda, BMW o Jaguar son algunas de las compañías que han mostrado su intención de comercializar coches de hidrógeno en España próximamente.
Como ves, el hidrógeno reúne todas las características necesarias para convertirse en la energía del futuro y en la alternativa tangible de transporte más sostenible. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer en materia de divulgación y concienciación social para el que se está empezando a trabajar ya. No obstante, la única vía de éxito para ello es una implicación a partes iguales entre los poderes público y privado.
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